Nuestra historia

Los orígenes

La historia de Bell & Ross comienza en 1994, impulsada por dos amigos, Carlos A. Rosillo y Bruno Belamich. Su encuentro se presenta como una obviedad: la unión de sus pasiones, entre relojería y aviación, entre espíritu emprendedor y diseño industrial. En la intersección de sus respectivas competencias nace un nombre: Bell & Ross. Una alianza fundacional, donde la unión hace la fuerza.

De la cabina de pilotaje a la muñeca

Los dos fundadores de Bell & Ross se asocian en torno a un proyecto: crear relojes perfectamente adaptados al uso profesional. Su voluntad es afianzarse en la gran tradición relojera suiza respondiendo al mismo tiempo a las necesidades de los hombres que se enfrentan a situaciones extremas. Su diseño característico, con una forma redonda en un cuadrado, se inspira directamente en los paneles de control de los aviones. Cajas de cerámica negra o acero inoxidable, legibilidad óptima, precisión absoluta: cada detalle cumple con los estándares de la aviación militar. Bell & Ross encarna el lema «From the cockpit to the wrist» (de la cabina de pilotaje a la muñeca) y se dirige tanto a profesionales extremos como a hombres que buscan relojes funcionales y distintivos.

Conceptos y relojes excepcionales

Bell & Ross se atreve a desafiar las convenciones con creaciones que destacan por su originalidad y espíritu innovador. Ya se trate de relojes excepcionales como el Hydromax, poseedor del récord mundial de estanqueidad, o el BR-X2, tourbillon automático de cristal de zafiro, o incluso de vehículos conceptuales como la motocicleta a reacción B-Rocket y el avión BR-Bird, la marca no deja de traspasar los límites del diseño y las prestaciones. Esta dinámica se prolonga en sus conceptos relojeros, auténticos manifiestos estéticos en los que se dan cita la inspiración aeronáutica, la funcionalidad, la robustez y una fuerte identidad visual. A través de cada una de sus creaciones, Bell & Ross encarna una innovación y una creatividad sin concesiones.

Una firma emblemática

En 2005, la empresa revoluciona el diseño relojero con la creación del BR-01, inspirado directamente en los instrumentos aeronáuticos. Así nació la icónica «forma redonda en un cuadrado», que se convirtió en el sello visual inconfundible de Bell & Ross. Desde entonces, este diseño identitario está en el corazón de cada colección: la profesional BR-03, la urbana BR-05, así como las líneas de manufactura y vanguardistas BR-X3 y BR-X5.

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